Imagina una plaza tan grande que podrías perder la noción del tiempo caminando por ella. La Plaza del Mercado de Cracovia no es solo un espacio abierto: es el alma de la ciudad. Rodeada de edificios coloridos con fachadas que cuentan historias de siglos, aquí cada esquina es una postal.
¿Sabían que este emblemático edificio de tejado verde fue un mercado de telas en la Edad Media? Hoy, sus pasillos albergan puestos de artesanías, desde ámbar báltico hasta tradicionales koguciki (figuras de madera).
¡Tip viajero de Nat! Suban al primer piso de los Sukiennice para ver la Galería de Pintura Polska , donde obras de artistas locales cuelgan en salas con techos dorados.
No se pierdan el altar tallado en madera de tilo por Veit Stoss, una obra maestra gótica que mide ¡13 metros de altura! Si tienen fuerzas para subir los 239 escalones de su torre, les esperan vistas panorámicas de la ciudad. ¡Ojo! La trompeta del campanario suena cada hora, pero… ¿saben por qué se detiene abruptamente? Es un homenaje a un trompetero que fue herido mientras alertaba de una invasión tártara en el siglo XIII.
"La Plaza del Mercado no es solo un lugar para visitar: es para sentirlo. Siéntense en una terraza con un café, observen a los artistas callejeros y dejen que el ambiente los transporte."
Subir a la Colina de Wawel es como viajar en el tiempo. Este castillo, residencia de reyes y símbolo de la identidad polaca, combina estilos románico, gótico y renacentista.
Además de ser el lugar donde descansan los monarcas, aquí encontrarán la Campana de Sigismundo , tan grande que ¡se necesita un equipo para hacerla sonar! Y si quieren una vista única, suban a la Torre de las Cigüeñas : verán el río Vístula serpenteando entre bosques y la ciudad extendiéndose como un tapiz.
Dato curioso: Bajo el castillo hay una cueva legendaria, la Gruta de Wawel , donde según cuentan, un dragón custodiaba tesoros. Hoy, un simpático dragón de bronce "escupe" fuego cada 5 minutos para deleite de los niños (y no tan niños).
Si quieren ver la Cracovia más auténtica, Kazimierz es su próximo destino. Antiguo gueto judío, hoy es un barrio vibrante donde sinagogas se mezclan con bares de moda y galerías de arte.
Fue construida en 1407 y es la sinagoga activa más antigua de Polonia. Su interior, con bancos de madera y lápidas en el cementerio adyacente, transmite una serenidad que contrasta con el bullicio de la calle.
En Kazimierz , los restaurantes judíos ofrecen platos como el chulent (un estofado tradicional) o el kugelis (pastel de papas). Recomiendo Ariel , un local escondido en un patio que parece sacado de un cuento. ¡Su sopa de kreplach (ravioles rellenos) es mágica!
Si han visto La Lista de Schindler , prepárense para emocionarse. La fábrica de Oskar Schindler, hoy convertida en el Museo de Historia Contemporánea , narra la ocupación nazi con objetos reales, fotos y testimonios.
"No es una visita fácil, pero es necesaria. Al salir, entenderán por qué Cracovia lucha por recordar para no repetir."
Desde 1364, este mercado ofrece desde oscypek (queso ahumado de los montes Tatra) hasta miel de abedul. **¡Prueben el zapiekanka !, una baguette con champiñones y queso gratinado, ideal para un almuerzo rápido.
Escondido en un sótano de Kazimierz, este bar parece un laboratorio medieval. Sus cócteles con hierbas y licores locales, como el krupnik (aguardiente de miel), son perfectos para brindar por Cracovia.
Espero que esta guía les haya dado una idea de todo lo que Cracovia tiene para ofrecer.Si estas buscando una guía de como moverse por Cracovia, no dudes en consultar este enlace. Si tienen alguna pregunta o quieren más recomendaciones, no duden en preguntarme. ¡Hasta la próxima, aventureros!
"Cracovia no se visita… se vive. Vuelvan con historias, no solo con fotos."